miércoles, 16 de octubre de 2013

EL OTRO OAXACA:
SAN QUINTÍN, BAJA CALIFORNIA

Una de la colonias del Valle de San Quintín, B.C.
 Se observan las casas, enseguida el cultivo en invernaderos
y al fondo el Océano Pacifico.

    Voy a comentarles brevemente sobre la presencia de oaxaqueños en el Valle de San Quintín, Baja California. A pesar de la distancia y múltiples factores, seguimos manteniendo nuestros lazos con nuestro pueblo y con todo aquel lugar donde se encuentran nuestros familiares, amigos o paisanos. Cambiamos de residencia, pero seguimos siendo oaxaqueños o como dicen por allí, somos “oaxacalifornianos”.


El Valle de San Quintín se ubica a 193 kilómetros al sur de la cabecera municipal de Ensenada, Baja California, teóricamente es el lugar más lejano de la capital del país. Se localiza por el Océano Pacífico, conformado por cinco delegaciones municipales: Colonet, Camalú, Colonia Vicente Guerrero, San Quintín y el Rosario.

        El Valle de San Quintín es el otro Oaxaca, como lo es también Madera California en Estados Unidos de América, Pesqueira en Sonora, y otros lugares que se asemejan a Oaxaca, debido a un gran número de paisanos. Lo importante es que seguimos conservando nuestra cultura, lengua y tradiciones.

Alrededor de la carretera transpeninsular Tijuana-La Paz se encuentran la mayoría de los centros de poblaciones, colonias, ejidos, y por lo regular los campamentos agrícolas se encuentran fuera de la mancha poblacional. Las colonias y ejidos cuentan con los principales servicios públicos: agua potable, energía eléctrica y recolección de basura; el servicio de drenaje aún no llega a esta región.

A pesar de ser una zona desértica el Valle cuenta con grandes extensiones de cultivos, especialmente de hortalizas. Hay más de quince empresas que se dedican a la agricultura con la más alta tecnología, tales como los métodos en invernadero, malla sombra o hidroponía.

El Valle se fundó por personas provenientes de otros lugares del estado y de nuestra nación, eso significa que es tierra de migrantes, aunque a la fecha varias generaciones nacieron en este territorio. Nuestros paisanos oaxaqueños empezaron a llegar a mediados de los años  setentas, dedicándose principalmente al trabajo asalariado agrícola.

De 1980 a la fecha, se han formado colonias integradas en su mayoría por oaxaqueños, por ejemplo Maclovio Rojas, Trece de Mayo, Lomas de San Ramón, Ricardo Flores Magón, Nueva Era, sólo por mencionar algunas.

Las fiestas colectivas que salieron de Oaxaca para quedarse en San Quintín son: día de muertos y las fiestas patronales. Los paisanos hacen los altares, comparten su comida entre los conocidos y acuden al panteón. Así como han nacido, también los cuerpos de nuestros paisanos se quedaron para siempre en la región (decesos).

Las principales fiestas patronales que se llevan cabo son: San Juan Copala y San Juan Mixtepec de Juxtlahuaca; Chalcatongo de Hidalgo y San Miguel el Grande de Tlaxiaco; San Martin Itunyoso de San Andrés Chicahuaxtla; y nuestros paisanos de Ocotlán.

A la fecha, varios paisanos se dedican a la comercialización de productos oaxaqueños, eso ha permitido adquirirlos para la elaboración de la comida típica de nuestro pueblo. Además del mole y tamales, también se pueden disfrutar en el Valle los tacos de pescado, tacos de camarón, ceviche de pescado, coctel de almejas, ostión (productos del mar).

En colonias, ejidos y campamentos agrícolas hay presencia de  oaxaqueños. Algunos van al Valle por una temporada y otros se quedan de manera permanente. Casi todos teníamos la ilusión de regresarnos a nuestro pueblo, pero ya nos quedamos en la Baja.

Van dos o más  generaciones y algunos sin conocer el pueblo (el terruño) de sus padres o abuelos que nos quedamos en este lugar, a pesar del polvo o el aire, que son característica de esta región. Sin embargo, somos oaxaqueños y somos de aquí y de allá.

FUENTE: Isidro Pérez Hernández
          

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